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Nada hacía diferente a esta mujer, era ama de casa que ayudaba en lo que podía a su marido en el desarrollo de su actividad laboral, él era un trabajador por cuenta ajena que aprovechaba los fines de semana y fiestas de guardar con pequeños trabajos para poder soñar con que algún día no tener que acatar ordenes de ningún jefe. Ella codo con codo con él le animaba a ahorrar para conseguir esta independencia.
Cuando pudo ser, ella también encontró su espacio, dedicándose a enseñar el corte y confección mientras ejercía la profesión de modista.
Se habían conocido por los avatares de la vida, él desolado con un hijo de 5 años enviudó y por casualidad unos años después se cruzo con ella. Ella que a sus 37 años estaba esperando a la persona adecuada para unir su vida. De esta forma tan simple empezaron a andar juntos, los tres de la mano, y posteriormente a ellos se unió la niña, el ojito derecho de su padre, el capricho de su madre y anhelo de su hermano.
Todo se consigue si no te resignas y crees en ello, una familia un sueño un futuro por el que luchar, nadie apostaba por ella y menos 1940, cuando ser mujer era un lastre mas que una oportunidad.
Hoy en día esta actitud ha dado su fruto, y muchas de nosotras a nuestros treinta y muchos, tenemos la libertad de una forma natural de elegir y buscar lo que soñamos, sin necesitar la tutela de un padre o marido. Este avance de la sociedad es gracias a esos pequeños pasos invisibles que dio nuestra protagonista junto con muchas otras anónimas mujeres que se dedicaron a sembrar la semilla de la igualdad.
Cuando pudo ser, ella también encontró su espacio, dedicándose a enseñar el corte y confección mientras ejercía la profesión de modista.
Se habían conocido por los avatares de la vida, él desolado con un hijo de 5 años enviudó y por casualidad unos años después se cruzo con ella. Ella que a sus 37 años estaba esperando a la persona adecuada para unir su vida. De esta forma tan simple empezaron a andar juntos, los tres de la mano, y posteriormente a ellos se unió la niña, el ojito derecho de su padre, el capricho de su madre y anhelo de su hermano.
Todo se consigue si no te resignas y crees en ello, una familia un sueño un futuro por el que luchar, nadie apostaba por ella y menos 1940, cuando ser mujer era un lastre mas que una oportunidad.
Hoy en día esta actitud ha dado su fruto, y muchas de nosotras a nuestros treinta y muchos, tenemos la libertad de una forma natural de elegir y buscar lo que soñamos, sin necesitar la tutela de un padre o marido. Este avance de la sociedad es gracias a esos pequeños pasos invisibles que dio nuestra protagonista junto con muchas otras anónimas mujeres que se dedicaron a sembrar la semilla de la igualdad.
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4 comentarios:
Es cierto que pocas veces se hace memoria para recordar a las pioneras de esa igualdad.Y es injusto olvidarlas entre los avatares de la historia...
Muy bueno el trasfondo....
Besos
Vemos que la vuelta ha sido explosiva,una eclosión de creatividad...
que siga así..que todos disfrutaremos con ello
Eowin brindo por esas mujeres, las tengo presentes siempre porque gozamos libertades gracias a ellas.
Me encanta la potencia de tu regreso.
Saludos.
Sí, ya no se necesita esa tutela, gracias a mujeres como aquella de la que hablas, el hoy es como es. Mucho que agradecer.
besos
No hace tanto, aproximadamente unos 30 años, una mujer en España no podía opositar, ni abrir una c.c., ni recibir una herencia, ni viajar fuera del país.
Debía firmarlo su padre, marido o tutor y de no tenerlos... un juez.
Y ahora nos parece cienciaficción.
Mucho bueno para tí.
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