domingo, septiembre 04, 2011

Otoño.

Las hojas amarillean y ya apetece taparse por las noches, el verano se deja llevar y los aires del norte nos indican que un nuevo período se muestra delante de nosotros. Es ahora después de nuestros derroteros cuando hay que empezar a plantease cosas, … volver a entrar en el corsé de la vida y esperar que no nos ahogue, para ello está el truco de ir apretando poco a poco de manera que nos acostumbremos a llevar la opresión, sin que nos demos cuenta que nos falta el aire que tanto amamos.


Una ilusión, una esperanza, los ciclos de la vida nos llevan y nos traen sin preguntar lo que queremos hacer, tal vez si viviéramos en un clima tropical nuestra vida sería distinta, tal vez no necesitemos de corsés ni de letargos rutinarios y nos dediquemos a vivir libres, ¿Por qué marcamos con estaciones nuestras rutinas? ¿Por qué acotamos nuestras mentes con limitaciones propias de un ser vegetal, que tiene su vida y obra subordinada a las estaciones?

Volvamos a la simplicidad de los niños chicos donde todos los días se levantan con una sonrisa pues hay un mundo nuevo que descubrir.

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