duermes y yo te observo veo tu respiración acompasada, rutina de todas las noches como ese beso entre sueños que me das cuando te das cuenta de mi presencia. Se que me esperas, anhelas que vaya a tu lado, mientras haces esfuerzos por leer aunque sea media pagina, para tomar ese sorbo de cultura antes de caer extenuado por este día largo y agotador. Yo siempre llego después; cuando duermes plácidamente, cuando sueñas, y se ve en tu rostro como las preocupaciones del día ya se marcharon..., me gusta mirarte, observar tu sueño a la espera de ese beso como absolución de mi ausencia.
1 comentario:
Un texto precioso, una delicadeza. Además se adapta como un guante a una mano a los que sucede en casa entre mi esposa y yo. Sin más esta misma noche.
Un abrazo.
Publicar un comentario