viernes, diciembre 02, 2005

No hemos cruzado las miradas al mismo tiempo que dos lagrimas recorrían tu rostro siguiendo el dictamen de la gravedad, no pude evitar acariciar tu rostro, y tiernamente posar mis labios sobre los tuyos, disfrutando de tu calidez y ese sabor dulce con un punto salado. Me has sonreído y al mismo tiempo que abrazabas mi corazón, lagrimas de alegría lagrimas de reencuentro.

No hay comentarios:

Locations of visitors to this page >