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He dejado la autovía y la nacional, me desplazo ahora por una carretera sin enumerar, y una vez mas como a lo largo de todo el trayecto la iglesia preside la carretera, igual que faros costeros sus torres señalan el camino a seguir a los coches.
Esta carretera la he transitado desde niño, hace mucho años cuando pasaba los veranos aquí por ella al anochecer se salía a dar un paseo como si fuera la calle mayor del estío. Con un trasiego de personas inusual, que una vez visto desde la perspectiva del tiempo y de alguien de ciudad no logro entiender, pues ¿qué placer puede encontrase en andar por una carretera?. Si no recuerdo mal habia árboles a los dos lados en las cunetas, grandes olmos de troncos blanqueados y copas entrelazadas formando un túnel de ramas. Ahora en cambio sólo queda un recuerdo de ellos a un lado, pues con la ampliación del carreteril quitaron la mitad y la otra mitad se han ido muriendo debido a la pandemia que ha sufrido estos árboles en los últimos años.
Al final llegue a mi destino después de haber hecho "un acto de contrición" durante mi trayecto. Me explico: Es curioso como las ideas vienen y van al mismo tiempo que haces kilómetros, no hay nada como conducir para poner la cosas en su sitio, y mas si se salpimienta con “Radio OLE”, pues no sé por que se me quedo el dial en la copla cuando en verdad buscaba “radio 3”; si se enterara alguno de mis amigos creo que tendría guasa para rato. El caso es que mientras oía ”.. unos zapatos rojos ... un vestido de lunares...” pude entender por fin que no había nada malo en estar sólo y que el echo de que María saliera de mi vida tal como salio, fue casi una ayuda divina mas que otra cosa, nuestra relación había llagado a un estado de obligación mas que de amor o pasión. Y aunque hace 6 meses que la añoro a diarío ahora comprendo que es más lo que representa su persona que lo que en verdad fue.
Bueno ya estoy entrando en el pueblo llego justo para el aperitivo, voy a ver si siguen las buenas tradiciones, traigo una botella de vino blanco para tomarla antes de comer. Llamo a la puerta con mi presente precediéndome, se oye un griterío de niños que corren a abrirme, ...tomo aire: -- “ Un beso al tío de Madrid.”
He dejado la autovía y la nacional, me desplazo ahora por una carretera sin enumerar, y una vez mas como a lo largo de todo el trayecto la iglesia preside la carretera, igual que faros costeros sus torres señalan el camino a seguir a los coches.
Esta carretera la he transitado desde niño, hace mucho años cuando pasaba los veranos aquí por ella al anochecer se salía a dar un paseo como si fuera la calle mayor del estío. Con un trasiego de personas inusual, que una vez visto desde la perspectiva del tiempo y de alguien de ciudad no logro entiender, pues ¿qué placer puede encontrase en andar por una carretera?. Si no recuerdo mal habia árboles a los dos lados en las cunetas, grandes olmos de troncos blanqueados y copas entrelazadas formando un túnel de ramas. Ahora en cambio sólo queda un recuerdo de ellos a un lado, pues con la ampliación del carreteril quitaron la mitad y la otra mitad se han ido muriendo debido a la pandemia que ha sufrido estos árboles en los últimos años.
Al final llegue a mi destino después de haber hecho "un acto de contrición" durante mi trayecto. Me explico: Es curioso como las ideas vienen y van al mismo tiempo que haces kilómetros, no hay nada como conducir para poner la cosas en su sitio, y mas si se salpimienta con “Radio OLE”, pues no sé por que se me quedo el dial en la copla cuando en verdad buscaba “radio 3”; si se enterara alguno de mis amigos creo que tendría guasa para rato. El caso es que mientras oía ”.. unos zapatos rojos ... un vestido de lunares...” pude entender por fin que no había nada malo en estar sólo y que el echo de que María saliera de mi vida tal como salio, fue casi una ayuda divina mas que otra cosa, nuestra relación había llagado a un estado de obligación mas que de amor o pasión. Y aunque hace 6 meses que la añoro a diarío ahora comprendo que es más lo que representa su persona que lo que en verdad fue.
Bueno ya estoy entrando en el pueblo llego justo para el aperitivo, voy a ver si siguen las buenas tradiciones, traigo una botella de vino blanco para tomarla antes de comer. Llamo a la puerta con mi presente precediéndome, se oye un griterío de niños que corren a abrirme, ...tomo aire: -- “ Un beso al tío de Madrid.”
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